Cuando uno habla de Oia, el visitante puede pensar que podría ser como hablar de cualquier lugar del mundo,  pero este municipio, tiene particularidades únicas, que lo hacen destacar de cualquier otro.

En primer lugar, Oia está en Galicia, la Comunidad con las fiestas más divertidas, sobre todo las gastronómicas que proliferan en verano y que nos permite comer un delicioso plato diferente cada día. Las fiestas también son famosas por sus orquestas, consideradas las mejores de España.

En segundo lugar, Oia, está rodeada de especataculares paisajes, tanto de mar como de montaña, lo tenemos todo para disfrutar.  Al pié del Hotel Glasgow, se extiende el impresionante Océano Atlántico, que se empeña cada dia en ofrecernos una puesta de sol diferente que contemplar. Por otro, tenemos la imponente montaña de la Serra da Groba, que nos guarda y protege, que nos llama a ser caminada y explorada y a ser vivida, compartiendola con la única raza autóctona de caballos salvajes que se conservan libres en todo el mundo. Vacas, ovejas y aves también se desplazan en libertad. Además, la Serra da Groba cuenta con cientos de petroglifos testigos del poblamientos de estas tierras ya desde la Prehistoria. Para disfrutarlos, disponemos de una «Ruta Máxica» (preguntanos por qué es máxica cuando vengas). Como curiosidad en esta montaña disponemos de una «rampa» de despegue de intrépidos parapentistas.

En tercer lugar, aunque ahora lo pasaría al primero, es que tenemos el privilegio de conservar una de las joyas más importantes de la historia medieval de nuestra región, el Monasterio de Oia. Data del siglo XII y es el único de la Orden del Cister que está a pocos metros del mar.

En cuarto lugar y no menos importante, destacariamos la ubicación de Oia por su cercanía con Portugal, a diez minutos de la desembocadura de uno del ríos más importantes de España, y el más importante de Galicia, el Miño y que ofrece uno de los paisajes más espectaculares. Además la condición de territorio fronterizo nos permite disfrutar de la mezcla de las culturas de ambos paises, una mezcla enriquecedora, de contrastes alegres y de de intercambio de tesoros.

En quinto lugar, y aqui me planto (porque podría seguir), Oia destaca por tener toda la oferta gastronómica más deseada; marisco, pescado y buenas carnes. Todo ello, acompañado por un gran repertorio de tapas, fantásticos vinos (albariño, ribeiro, mencía….) y excelentes alquimias que dan como resultado fuertes y dulces licores.

Venir a Oia, es venir a conocer una experiencia y llevarla consigo para siempre en el corazón.